En esta entrada la meritita Nora Coss – nubecita- nos dice por qué para escribir teatro hay que ser chingón y por qué es necesario tener el valor para crear caos. ¿Ustedes lo tienen?
…ay, qué mona me quedó mi obra, la voy a guardar en el cajón y la voy a poner junto con el resto de textos que nadie lee…
Mi Compa Alejandro Carrillo tuvo la ingenuidad de pedirme este artículo para decirles mis tips- bullets-highlights o lo que en castellano se podría entender como “lo que necesitas saber para escribir teatro y no morir en el intento”. Y si alguien pudiera escribir en dos mil palabras o menos lo “esencial”, o lo más cercano a uno de estos manuales mínimos para ser un dramaturgo, me retiraría de mi oficio. Así que aprovecharé este espacio y sus ojos, queridos lectores, para despotricar sobre los peligros de escribir Teatro.
Y para empezar y en seco voy a decirles que si escriben teatro, tienen la responsabilidad de hacerlo. No hay eso de ay, qué mona me quedó mi obra, la voy a guardar en el cajón y la voy a poner junto con el resto de textos que nadie lee y a nadie le importa más que a mí. No. El teatro en la hoja no sirve, sirve en el espacio, con público, con cuerpos, con objetos, en movimiento y encarnado. Porque la literatura del teatro no está en lo escrito, sino en lo escénico. Si escriben teatro tienen que estar conscientes que les puede tocar o producir, o gestionar, o dirigir, o actuar, o levantar cables, o poner focos, o pegar posters, o invitar a tus exes para que vayan a ver la obra, o detener a la grúa porque se quiere llevar el carro de tu actor en plena función, o sea, el paquete completo, no nada es más ay, qué bonito se ha de ver mi nombre en una marquesina, ¡es una reverenda chinga!, y de las que duran meses y meses y hasta años, no es la comodidad del narrador, cuentista, poeta, ensayista, Jordi Rosado de ah, chingón, lo pongo en la hoja y ya, que me publiquen, la presentación del libro, las viejas, las fiestas, la coca, y ya, nooo, escribes teatro y te chingas. Pero te chingas bonito, eso sí. Porque yo no conozco otra forma de hacer amigos que haciendo Teatro, y no conozco otro modo de relacionarme con el mundo y la realidad si no es por medio del Teatro.
El teatro en la hoja no sirve, sirve en el espacio, con público, con cuerpos, con objetos, en movimiento y encarnado. Share on X La literatura del teatro no está en lo escrito, sino en lo escénico Share on XAhora, si con todo esto siguen emocionadostercos con escribir Teatro, pues bueno, sigan leyendo, quizás encuentren algo útil en mis siguientes palabras.
Si van a empezar a escribir teatro, empiecen por verlo. Parece pendejo mi comentario, pero neta, la banda no va al teatro, o si no, piensen, ¿cuándo fue la última obra de teatro que vieron? Mínimo un musical ¿Mentiras? ¿Neta no vieron Mentiras? ¿Algo en el Manolo Fábregas? ¿En el Centro Cultural del Bosque? ¿En el Teatro el Milagro? ¿Shakespeare? ¿En la Pulquería Insurgentes –de perdis-? ¿Nada? Chavos, por ahí hay que empezar. Viendo Teatro se dan cuenta del Teatro que quieren escribir. Se van haciendo de un gusto –y de disgustos, no todo el Teatro que se hace les va a gustar, también los prevengo de esto-, conociendo las estéticas, tanto contemporáneas como clásicas.
Escribes teatro y te chingas. Pero te chingas bonito, eso sí Share on XAhora entrando a terrenos pantanosos de lo contemporáneo versus clásico, debo desmentirlos con algo: no todo el teatro es dialogado. No, señor. Quién no quisiera escribir diálogos tipo Oscar Wilde, David Mamet, García Lorca, Bergman, házme un diálogo, por fa. Pero no. Ya no es tan así. Si ustedes tienen la idea de que escribir Teatro es un poner a UN WEY que habla y habla y habla, y curiosamente todos lo dejan hablar, y luego OTRO WEY le responde, y habla y habla y habla, y también, curiosamente todos lo dejan hablar, y así y así y así y así. No. Está padre escribir diálogos, yo soy fan de escribir diálogos, pero no se trata sólo de eso. Porque nunca falta el pendejo que va a una fiesta, y para la segunda caguama ya piensa que lo que se dice en esa reunión está con madre, qué interesante, es trasgresor, excéntrico, revelador, anécdotas nunca antes escuchadas, no mames, hay que escribir una obra donde se digan este tipo de cosas. Inga. Basta de hacer ese tipo de obras p o r f a v o r. Pululan y están de hueva. Está bien para ese momento, para ese momento donde le das un toque a tu cigarro de tabacomariguanaloquesea y dices guau, la vida puede no ser tan miserable y sonríes ante la primera ingenuidad bucólica que escupe la boca ebria más cercana a ti, pero no hagan que las personas –ajenas a esa tertulia dionisiaca que sobrevaloraste- tomen el metrobús en hora pico, hagan una hora de trayecto, paguen un boleto y se sientan a ver esa cagada. No.
¿Quién chingados quiere ir al teatro para ver qué pinche frase dominguera se les pega para luego twittearla o ponerla en su feis? Yo no. Un dialoguista no escribe Teatro, escribe diálogos. Ahílesencargo. Pero en cambio un dramaturgo escribe para construir una escena, escribe para significar un espacio, para –y como diría aquél- esculpir en el tiempo, para que algo sea iluminado, y sobre todo, escribe para el cuerpo, para un cuerpo que requiere respirar, un cuerpo móvil, dúctil, un cuerpo emocional, un cuerpo estético, un cuerpo doliente, ¡un cuerpo vivo, chingado! Un dramaturgo no construye dramitas, ¡construye bombas, carajo!, es un experto en el oficio de crear artefactos escénicos que provoquen, que seduzcan. No nada más está escribiendo una obrita ahí para que la abuela vaya y le aplauda, no, un dramaturgo, uno CHINGÓN, crea mecanismos de caos. Créanme que lo mejor que puede pasar en una sala de teatro es la reacción urgente e inevitable del espectador, y si eso es gritar en medio de la función, llorar, reír, comentar, contener el aliento, moverse en su asiento, e incluso salirse de la sala, has logrado bastante, no queremos espectadores que lo primero que piensen al terminar la obra sea ¿quiero tacos de cabeza, cachete o molleja? No, queremos que salga y que quiera dinamitar algo, que se cuestione ¿esto es real?, ¿lo de adentro lo fue?, ¿estoy despierto o acabo de despertar?, que quiera dejar a su pareja, que quiera morir, que quiera matar, que quiera vivir, o vivir más, diferente, porque ha salido del Teatro emocionado, conmocionado, tocado, alterado, eso, a l t e r a d o.
Un dramaturgo no construye dramitas, ¡construye bombas, carajo! Share on X Un dramaturgo, uno CHINGÓN, crea mecanismos de caos. Share on XPero, si quieren ser dramaturgos que escriben ahí dramitas de Rosa de Guadalupe, está bien, para eso sólo necesitan entrenar el oído, robarse las pláticas que escuchan al pasar; transcríbanlas, póngales un orden de causa y efecto, hagan un esmero en comunicar un mensaje didáctico católico moralista clase mediero, y listo: su obrita. Sean famosos. Sean complacientes. Hagan su servicio social a la comunidad y defiendan lo que sea que esté en la agenda de lo políticamente correcto. Caigan bien. Ganen Followers y bórrenme de su Facebook.
Porque para mí –y puedo estar mal- escribir teatro nunca se ha tratado de reducir la realidad a una caja negra, no, para mí se trata de sublimar la vida, de potenciarla; es meter el Sol en la boca de alguien, así de poderoso debe ser el Teatro. Y si parece que este texto es para desalentar a que la banda escriba Teatro, pues perdón, pero sí creo que debe haber un filtro, y ponle que no soy quién para establecerlo, “yo aquí soy pintor” –como diría aquél-. Pero lo que sí voy a exigir es que la escena mexicana no se infeste de dramaturgos vacuos, frívolos que sólo buscan el aplauso de tres pasadas*, el qué bonita obra, qué bonito mensaje, voy a proponerle matrimonio a mi novia con una frase tuya, voy a invitar a tu tía, le va a encantar y eso que no le gusta el Teatro, la beca, la temporada en el teatro del Estado –y qué chingón que pase, me ha pasado, antes de que salga un pinche hater: sí he tenido becas y temporadas auspiciadas por el Estado, pero han sido más las que no que las que sí. No me espero a que Papá-Estado me dé para mi artisteada, pero sí me da, chingón, que sirva de algo el Sistema opresor- el quiero ser el próximo rockstar del teatro mexicano. Qué hueva.
Es meter el Sol en la boca de alguien, así de poderoso debe ser el Teatro. Share on XQuizás en resumen lo único que puedo declarar es que escribir Teatro no es para tibios, es para creadores todo terreno, para los que no nos conformarnos con quedarnos en la hoja, sino tenemos que ocupar un foro, un sótano, un lobby, una cocina, una caja, una burbuja, una mente, al menos una, de un espectador que entró a un teatro sin saber que estaba por internarse en un campo minado.
Si tienen los huevos, escriban Teatro. Los reto.
Si tienen los huevos, escriban Teatro. Los reto. Share on X