En esta entrada conocerás la mejor app para escritores, ya seas poeta, guionista, novelista o cualquier tipo de escritor.
Cuenta la leyenda que el creador de este software quería escribir una novela: lo imaginó en su oscura buhardilla en el centro de Londres, organizando la trama de lo que sería su gran aporte a la literatura del país que vio nacer a Shelly, a Byron y a Nick Hornby. Este muchacho, apenas salido de la universidad, empezó a escribir su largo manuscrito en Word, pero el lento y obsoleto programa lo hizo enojar tanto que decidió que, en vez de la novela, mejor diseñaría una aplicación pensada especialmente para nosotros. Eso fue en el 2006 desde entonces, él y su pequeño equipo, han construido el mejor software para escritores de la historia.
Algunos de ustedes, los más suspicaces y amargados, seguramente dirán: Alejandro, no mames, no necesito un software de 45 dólares para ser escritor. Y es verdad. Por eso, antes de seguir, debo advertir lo obvio: ningún software o máquina de escribir o herramienta hará que un escritor escriba mejor. Para eso sólo se necesita leer mucho (a lo mejores) y escribir un chingo, como pendejo, llueva truene y relampaguee. Ahora bien, si ya estamos entrados en esto de ser escritores profesionales, ¿no es lógico buscar las herramientas más chingonas para hacer nuestra chamba lo mejor posible?
Si coinciden conmigo, aquí les va una reseña-práctica de por qué les conviene probar Scrivener y dejar de usar el viejo, lento, complicado y aburrido Word.
¿Qué diablos es Scrivener?
Scrivener es un mega ultra procesador de texto para escribir en mac o en windows. Te permite crear proyectos donde concentres toda la información, investigación y borradores de, por ejemplo, tu novela. Es muy personalizable y se adapta al tipo de género que escribas: ficción, no ficción, cuento, novela, reportajes, tesis, guión de tv, guión, teatro y poesía. Según cada género encontrarás diferentes funciones. Es mucho más que un simple procesador de textos, te ayuda a ser más creativo y organizado; lo utilizan miles de escritores en el mundo y hay toneladas de libros y cursos de la A a la Z para aprender a usarlo.
Lo más chingón
Sale y vale, aquí van los datos duros. Si con esto no logro convencerte, nadie lo hará nunca y terminarás el resto de tus días con el viejo procesador de textos de Bill Gates. No hay bronca, mientras escribas chingón, está bien.
Vista general y organización
Scrivener funciona con una gran barra lateral a la derecha llamada cuaderno. Desde aquí se seleccionan y organizan las carpetas y los documentos; los capítulos o partes de tu texto. Osea que no escribes en un solo archivo, sino en diferentes pedacitos que se integran en uno solo. De este modo si necesitas revisar lo que pasó en el capítulo 10, sólo lo seleccionas en vez de subir y bajar a lo largo del documento.
Según el género que escribas encontrarás diferentes plantillas de organización para la barra lateral, pero puedes modificarla a tu gusto: cambia los iconos, marca los capítulos a los que les falta revisión o clasifícalos como más te funcione.
El “cuaderno” y estas funcionalidades de organización me ha servido mucho para tener más control sobre la estructura de mis proyectos. Mi novela, por ejemplo, está dividida en tres partes: si sólo quiero trabajar en la tercera, escondo las demás y me enfoco en esa.
Además, con este modo de organización puedo agarrar un capítulo y aventarlo al temible folder de los descartados, o probar cómo funcionaría en la primera parte. Escribe como se te ocurra y luego mueve la piezas, reordenarlas y vuelve a armar el rompecabezas. Cuando lo exportas Scrivener lo compila en un solo documento.
Investigación y notas
En scrivener puedes tener toda tu investigación en el mismo lugar y no en un montón de archivos regados en la compu. Además de los apuntes, ideas y ocurrencias, el folder de investigación sirve para echar todos los documentos relacionados con tu proyecto: pdfs, libros, fotos y hasta música.
Las notas
Haz anotaciones y apuntes de diferentes formas. Generales o locales.
1 Notas de documento
Anota directamente en el texto (al momento de imprimir el borrador decide si quieres imprimir también las notas). Revisa esta notas en la barra del lado derecho. Ve la fecha en la que hiciste el apunte y editalo ahí mismo.
2. Notas generales
En la misma barra derecha, el icono de libreta hasta abajo, sirve para hacer apuntes generales sobre ese capítulo o sobre el proyecto completo. Yo lo uso para apuntar dudas y anotar palabras y muletillas que repito como la plaga y que quiero estar seguro de revisar antes de acabarlo.
Conforme crece el proyecto, crecen las notas. Si no se te da la gana verlas todo el tiempo esconde la barra de información.
3. Documento con notas generales.
Otra forma para guardar notas es en el documento de notas en la barra de cuaderno del lado izquierdo. Yo uso ese espacio para guardar las notas que tomo en otros lados, como en evernote, o los apuntes de audio que grabo con el teléfono cuando voy en la calle.
Al momento de imprimir el borrador, decide si quieres que los distintos niveles de notas se incluyan, y cómo: como nota al pìe de página o dentro del texto.
Seguridad
Hace una semana, una amiga, la nubecita, me contó que algunos barbajanes entraron su casa y le robaron un montón de chucherías, entre ellas la compu donde tenía la última versión de su novela, que no había respaldado en varios meses. He oído esta historia cientos de veces, contada por amateurs y hasta por escritores con decenas de libros publicados: se quema el disco duro, se roban la compu y, boom, a la verga el trabajo meses y meses.
Scrivener tiene dos funcionalidades que van permitir que dejes de preocuparte de que algunas ratas callejeras y peludas entren a tu covacha y se roben lo más íntimo.
Primero, Scrivener graba todo automáticamente: no tienes que darle save, en cuanto el programa detecta que te detienes un par de segundos, para pensar, para tomar aire, porque los dedos te duelen de tanto escribir, el programa aprovecha para guardar el texto automáticamente.
La segunda, es la la opción de autoguardado de las copias de seguridad. Desde el panel de preferencia configura cada cuánto quieres que scrivener respalde automáticamente todo tu proyecto y en dónde. Si configuras para que se guarde automáticamente cada 12 horas en una carpeta de dropbox o google drive, entonces, sin importar si se quema tu casa o desaparece todas tus parecidas pertenecía sepultadas en un temblor, el archivo de tu proyecto seguirá ahí, esperándote tranquilo en los brazos de la nube.
Otro tip que yo aplico es, además de los respaldos de seguridad automáticos, el archivo de mi proyecto está directamente google drive (o dropbox), así que cualquier nueva coma que escriba se guarda y sincroniza automáticamente en mi compu y en la nube. ¡Ahora sí, perros, vengan a por mí, estoy preparado!
Exportación y publicación
Hay un chingo de opciones para compilar el proyecto, exportarlo y publicarlo. Para empezar hay que darle click a ese botoncito en la barra de arriba.
En la ventana que se abre podemos hacer un montón de cosas: compilar todos los capítulos en un archivo final, cambiar el tamaño y el tipo de letra a nivel independientemente del que hayas usado para cada capítulo, incluir o eliminar capítulos o folders en la compilación final, a añadir saltos de página entre cada sección y personalizar el formato final. Esto es importantísimo, porque aquí es donde ocurre mucha de la magia, si es que quieres, por ejemplo, volver tu manuscrito final un libro electrónico, listo para salir al kindle o a cualquier plataforma ebook, incluido apple books. Algunos de los formatos en los que puedes compilar tu proyecto son estos:
En la mini barra de la derecha tenemos un montón de opciones extras para controlar cada detalle de la versión final.
Y finalmente, hasta abajo, escogemos no solo el formato del texto (el diseño y la distribución) sino el tipo de archivo que queremos que sea. ¿Lo queremos para impresión? O queremos un pdf, pub, kindle, word o hasta html para un sitio web.
Versiones
Ahh, ya lo dice el viejo Bukowski, que el problema es que los malos escritores confían demasiado en sí mismo y no tienen ninguna duda sobre su talento, mientras que los buenos siempre tienen que cargar con la duda de saber si lo que están haciendo es lo suficientemente bueno o ya la cagaron. ¿Quieres arriesgarte e intentar algo nuevo con ese capítulo? ¿O te entró el maravilloso sadismo del editor hijo de puta y vuelas todos los párrafos porque son una mierda y al otro día ya te arrepentiste? Con la opción de snapshots, toma respaldos instantáneas a todo tu texto o a un capítulo específicos antes de meterle la mano. Éstas diferente instantáneas o versiones se almacenan en el programa automáticamente y puedes regresar a ellas en cualquier momento. Y, aquí viene lo más bonito: compara en tiempo real las diferente versiones y observa cuál funciona mejor; a lo mejor resulta que después de tanta talacha y de cambiar mamada y media, el primer párrafo quedó mucho mejor en la primer versión.
Más…
Estas son las funciones más importantes, pero lo chingón de Scrivener es que puedes hacer muchas cosas más: Haz caso o no a todas las funciones extras o construye un work flow perfecto para usar sólo lo que necesites, cómo y cuando lo necesites.
Trucos chidos
Dividir la pantalla para inspiración
Se puede dividir la pantalla principal para trabajar con dos ventanas al mismo tiempo. Este truquito puede ser útil para muchas cosas, desde para comparar las diferentes versiones, como en el ejemplo de arriba, o revisar información y notas en una ventana mientras escribes en la otra. También puede servir muy bien para reescribir un cuento: en la ventana de arriba tengo la versión original y en la de abajo, párrafo por párrafo escribo la nueva versión. Pero yo, la verdad, para lo que más la uso es para inspiración. Me encanta dividir la pantalla y en la parte de arriba poner una foto del personaje de ese cuento o capítulo. Esto e slo que hago: tecleo en google la descripción del personaje y encuentro una foto de alguien parecido a la persona que tengo en mente. Luego suelto las fotos al folder de investigación, divido la pantalla y arrastro la foto a la ventana de arriba, así, cada vez que quiera escribir sobre esa misteriosa mujer, muy blanca, casi transparente y con el pelo de colores, sólo echo una vistazo a la venta superior, mientras mis dedos, como tarántulas hipnotizadas, se mueven sobre el teclado en la parte de abajo. Ya ni les cuento lo bien que funciona esto cuando escribes una escena porno o cachondona.
Corcho
La vista de corcho, como su nombre lo dice, convierte tu área de trabaja en un útil corchito donde cada capítulo se vuelve una ficha con el resumen del capítulo. Ya en esa vista, reordena las fichas arrastrándolas y soltándolas en su nuevo lugar. Con este función verás claramente la estructura de tu texto: échale un vistazo a lo que pasa en cada capítulo para ver si te hace sentido o no, o si funciona mejor en otro lado.
Otro truquito chido es usar la vista de corcho para ver el elenco completo de tus personajes, con su foto, su idiolecto, y el papel juegan en tu historia. (Ojo, los personajes de este ejemplo están bien chaquetos, ya sé, no son reales, sólo los hice para ilustrar esta función)
Outliner
Igual que el corcho, el outliner te da una vista global de la estructura de tu proyecto, salvo que aquí lo hace de forma lineal. Esto resulta más práctico si tienes un manuscrito grande con muchas partes. Desde el outliner puedes crear nuevos documentos y escribir la sinopsis de cada uno. Si estás acostumbrado a trabajar primero la estructura y luego rellenarla, te va a encantar. Si escribes sin ningún plan, a donde te lleven los personajes, aún asi te servirá al momento de la corrección, para reordenar o eliminar lo que no funcione.
Desde aquí, además, puedes ver el estado de cada capítulo (yo los ordeno como primer borrador, 1a, 2a, 3a y 4a revisión, y versión final).
Manuscrito completo
Si no quieres trabajar por capítulos o si ahora necesitas ver el manuscrito completo, leerlo desde principio a fin para no perder continuidad, como si fuera un solo archivo de word, sólo selecciona el borrador, o, mejor aún, selecciona los capítulos que quieras leer de corrido. Scrivener los unirá automáticamente para mostrartelos como un documento, separando cada carpeta o documento con una división.
Ponte guapo
Pinta, esconde, añade o cambia el tamaño de cualquier parte del programa. Usa todos los tipos de letras disponibles en tu compu, cambia el color de la página y el color del fondo de la pagina, de las barras laterales y del inspector; el color de las notas y de los subrayado y luego guarda tu configuración para usarla otra vez en cualquier proyecto. Ponte creativo. Ninguno de estos cambios afectará la exportación final, así que no te preocupes de que los verdes chillones y tu letra favorita, cómic sans, se impriman en la versión final.
Modifica también los tamaños predeterminados de los títulos, subtítulos y citas. Cambia el tamaño de los iconos y personaliza la barra de herramientas usando sólo las funciones que más usas. Juega con la interface hasta que construyas el espacio de trabajo que siempre has querido.
Escribir sin distracción
Déjate de mamadas, concentrarte, perro, y deja de picar las ventanillas de los lados y las notificaciones que Facebook te manda como relámpagos de distracción. Usa la función de telón de redacción, ponle unos colores chidos y sólo dedícate a lo tuyo: escribir. Cuando necesites más información del documento leva el mouse a la parte de abajo para que se despliegue es barra y veas cuántas palabras llevas o cualquier cosa que creas que necesitas saber.
Metas
Muchas reseñas de Scrivener dicen que ésta es una de las mejores características: puedes poner objetivos (número de palabras que quieres escribir por capítulo y/o por el proyecto entero) y ver como vas en relación al objetivo. El programa te rastrea el número de palabras que tienes que escribir para alcanzar tu meta diaria para el total de la novela. Es cierto que hay montones de autores que te sugieren hacer eso, escribir al menos 3000 palabras diarias,si eso te interesa esta función te encantará. Yo creo que uno no puede delimitar el tamaño de un capítulo, o de un cuento, hablando de escribir ficción: para mí escribir es ver entre la niebla de un mundo que no conoces, y si realmente estás yendo hacia lo desconocido, ¿qué chingados importa saber que necesitas escribir 90,000 palabras para completar tu novela y que vas en el 80%? Escribir es un proceso más alquímico y revelador que esto. Y como dice el buen Mario González Suárez, mi maestro: “una novela es solo la huella de un proceso interno resuelto”. Esto no quiere decir que no tengas que ponerte metas y sólo escribas cuando la Diosa Blanca, como diría el buen Robert Graves, te visita. Yo, personalmente, prefiero trabajar por tiempo. Sentarme frente a mi novela por lo menos una hora diaria. Si ese día no estoy inspirado aprovecho para cerrar los ojos, acostarme en el piso y explorar el mundo dentro de mi novela; oír música relacionada, sentir: dejar que los elementos inconscientes se unan dentro de mí, que fermenten. A veces puedo escribir 5000 palabras en esa hora y otras ninguna, no importa, de todos modos estoy avanzando.
Sin embargo si usas esta función de metas para escribir un artículo o un ensayo, o para alcanzar el número de palabras que necesitas para acabar por fin tu maldita tesis, esta funcionalidad te vendrá como el anillo único al dedo de Frodo.
De todos modos, si a ti te sirven la metas por palabras y eso te hace comprometerte, manda mis teorías directito a la verga y úsalas. Lo único que importa es que te funcionen.
Estadísticas
Usa las estadísticas para ver cómo se apilan las palabras; el número que formen te puede mantener motivado. El panel de las estadísticas también te ayuda a comparar la extensión entre capítulos y, en otras ocasiones, a darte cuenta que ya escribiste de más y ya es es hora de no tentarte el corazón y editar, borrar caracteres y caracteres sádicamente para quedarte sólo con lo esencial.
Colecciones
Interesante. Este truco te deja agrupar distintas partes de un texto o proyecto, como todas las escenas en las que aparece el protagonista o el antagonista o una subtrama, dentro de una colección. Así podrás leer de corrido todas las escenas donde aparezca tu protagonista o todos los capítulos que ocurran en Nueva York.
Story board
No la uso mucho, porque no hago muchos guiones, pero si divides la pantalla, puedes usar la ventana de arriba para crear tarjetas y poner en cada una la escena ilustrada de tu history board. En la venta de abajo, la más grande, abre tu guión.
Generador de nombres
Esta está cagada. Y se puede pasar uno un buen rato moviéndole a los controles para encontrar buenos resultados. Se trata de un generador de nombres para tus personajes. Tiene un montón de opciones: escoge si quieres un nombre de hombre o mujer, apellidos compuestos, la letra con la que necesitas que empiece, sugerencias de nombres populares en Inglaterra, en Estados Unidos, apellidos polacos o catalanes o nombres españoles. Luego da click en generar y listo, scrivener te da una lista con un montón de nombres. Lo mejor es que no te tienes que quedar con la limitada listas de nombres que te sugiere el programa. Añade tus propias listas de, por ejemplo, nombres mexicanos o Mayas o zotziles (¿habrá alguna lista que incluya mi primer nombre, el que nadie nunca puede pronunciar?).
Nuevamente, no es algo fundamental pero es muy muy divertido: aquí unos de los nombres más chidos que me he topado jugando con esta cosita (para esta receta mezcle apellidos catalanes con nombres japoneses). ¿No suenan bien para un personaje?
Kameyo Canals
Asami Carol
Miwa Ricart
Imelda Salichs
Concha Palaín
Esta medio alburerones pero creo que funcionan.
Contras
Lo más complicado es que al principio te va a sacar de tu zona de conforto. El viejo armatoste de Word está demasiado imbuido en nuestra venas y, si eres de esos reacios a la tecnología y a probar cosas nuevas, esto te va a costar trabajo. Aunque eso depende de que tan bueno seas para sumergirte en nuevas apps. Como sea, si no te gusta rifártela tu solito, en la sección de atascados de más abajo hay una lista de cursos, videos y talleres que pueden tomar para aprender a usar scrivener rápido y sin tanto rollo.
Otro posible contra es que todavía no hay una versión mobil que se sincronice con la versión de las compus. En estos momentos están trabajando en la versión para iOS, lo cual va a ser un gran avance, porque así podremos tomar nuestras notas o avanzar directamente en el capítulo desde de la comodidad de nuestros iphones (chale, si yo ni a Iphone llego) en el metro y luego no tener que preocuparnos de copiar y pegar los avances. Todavía no hay planes para una versión de android.
Por dónde empiezo
Lo primero que tienes que hacer es bajarte la versión de prueba, para windows o mac.
Bájatela de aquí mérito: y juega con ella durante treinta días. Lo mejor es que nos siquiera tienen que ser 30 días seguidos. Si escribes hoy y no mañana, no importa, la versión de prueba no es continua, así que si estás deprimido y sólo escribiste dos días al mes, te siguen quedando 28 día para probarla.
¿Y de a cómo me la van a dejar caer?
45 dólares, después de la prueba de 30 días, osase, al momento de la publicación de este artículo ni más ni menos que 690.63 pesos mexicanos. No poco, por supuesto, pero tampoco es un precio exorbitante. Y la verdad, por todo lo que hace, vale bastante la pena. De todos modos, si no estás seguro, pruébalo primero con los enlaces de aquí arriba y si te late, por favor, regresa y compralo desde aquí: http://amzn.to/1QFtKyL (si lo compras a través de este enlace nos dan una pequeña comisión por cada compra. Este es el único modo que tenemos para para poder seguir creando estos contenidos, así que si quieres apoyar a Tinta Chida, este es un buen modo). Vale decir, claro, que no recomendamos comprar nada que no usemos y que no sea espectacularmente útil.
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¿Y ustedes?
Si tiene ganas, será un placer leer sus comentarios sobre esta entrada. ¿Ya conocen y usan scrivener? ¿Tienen algunos trucos bajo la manga? ¿Lo odian? ¿Piensan que es una mamada y siguen rindiendo pleitesía a Word? Por favor, díganlo todo aquí merito.