Cómo escribir SciFi en tres sencillos pasos
La Ciencia Ficción es algo que a todos nos llama la atención. La neta. Y es porque a quién no le interesa saber cómo sería el futuro, la vida en otros planetas, los viajes intergalácticos o a distintas líneas temporales, cómo la humanidad se comunica con razas alienígenas y todos estos temas que no se abordan más que aquí.
Todos crecimos, y de esto no me cabe ninguna duda, con ciencia ficción. Es un género que Hollywood ha explotado y bien. El cine está lleno de grandes historias SciFi y, aunque no todos son tan clavados para leer literatura de ciencia ficción, esas historias y esos temas unen a las masas; por eso los magnates de Hollywood siguen invirtiendo lana en este género.
Ahora, la ciencia ficción es un tema un tanto complicado. Piensa en esto, si le preguntas a cualquiera cuál es la historia de ciencia ficción más icónica de todos los tiempos, la mayoría te va a responder “pues Star Wars”. Y pareciera que sí, pero no. Star Wars vendría siendo algo así como fantasía espacial. ¿Por qué? Pues porque Star Wars no cumple con las reglas del juego. Se llama “ciencia ficción” por una razón especial, debe haber ciencia involucrada (o tecnología) y Star Wars es un cuento de hadas sobre seres mágicos que guardan la paz en una galaxia muy muy lejana. Ojo, soy un gran fan de Star Wars, pero las cosas como son.
Ahora, tampoco te espantes. No es que toda la ciencia ficción tenga que ser un estudio riguroso de la tecnología y deba ser científicamente viable, no. Hay muchas variantes de la ciencia ficción. Aquella que está sólidamente fundamentada en lo científico se llama ciencia ficción dura y, aunque tendrá sus adeptos, no nos vamos a ir mucho por ahí. Aquí les voy a poner una guía muy práctica que los ayudará a escribir ciencia ficción sin importar el subgénero al que se encaminen.
Tampoco te espantes acá, no es necesario que conozcas todos los subgéneros. Ya que tengas tu historia y vayas leyendo más y más SciFi, vas a ver dónde encajaría tu obra. Tampoco hay que clavarse mucho en esto, acuérdate que los géneros puros no existen. Chance tú quieres aventarte una space opera como Dune, pero en un universo cyberpunk como el de Matrix, y la trama principal es de detectives. Suena a una locura, pero puede ser. Lo suave de la ciencia ficción es que te permite todo lo que puedas imaginar, siempre y cuando cumplas con ciertas condiciones básicas.
Entonces ahí te va, tres sencillos pasos para armarse una historia SciFi de deveras, fuerte, interesante y universal. Pero antes aviso: voy a citar unos cuantos ejemplos, de cine, literatura y cómics. Te dejo al final el enlace donde puedes encontrar los cuentos que agarré de ejemplo, pero los cómics y las películas no, porque me meto en broncas con la CIA y el derecho de autor y demás.
Paso 1: Pre-escritura
Podrías pensar que este paso sobra. “Ya, ya, Óscar, sé cómo decidirme a escribir algo, salta a lo mero sabroso”. Pues no. A la hora de escribir SciFi la pre-escritura es, me atrevería a decir, lo más importante. De este momento de pre-escritura depende si tu cuento/novela/película/webcómic/webseries de ciencia ficción sea algo sólido y con sustancia. Si no te aplicas a la chamba antes de escribir, corres el riesgo de terminar con un producto blandengue, sin pies ni cabeza y que, a la hora de la hora, el lector se abrume, se pierda y se vaya a otro lugar a satisfacer sus necesidades de futuro en otro sitio. Eso, o a la hora de re-escribir se te va a venir encima una chamba monumental para que tu obra tenga sentido y forma.
Para que eso no pase y termines con un producto del cual te sientas orgulloso, ahí te van unos puntos muy importantes que debes tomar en cuenta antes de sentarte ante la máquina a imprimir tus visiones del futuro.
¿Por qué quieres escribir ciencia ficción?
La ciencia ficción, como la ciencia misma, debe partir de preguntas. Hay que responder a dudas cotidianas y trascendentales que tú tengas. Y utilizar la tecnología y la ciencia para responderlas. O sea: necesitamos una premisa, una tésis. Pero ya hablaremos de eso más adelante. Lo que debemos dejar claro acá es que: La ciencia ficción no es fantasía con blásters. Si solo quieres escribir una historia sobre planetas extraños con personajes extravagantes, está muy bien. Pero no es ciencia ficción.
La idea
¿Quieres escribir SciFi pero no tienes una idea? No hay bronca. Es facilísimo conseguir ideas. Y aquí te dejo unos tips para agarrar la inspiración:
- Observa los eventos actuales. ¿Un astronauta no puede regresar a la tierra desde la Estación Espacial Internacional? De ahí puede salir una excelente historia. ¿La NASA está buscando gente para poblar la primera colonia humana en Marte? Úsalo.
- Investiga sobre los últimos desarrollos tecnológicos y científicos. Por ejemplo, hace unas semanas vi la noticia de que le han otorgado un pasaporte a un robot. También vi el video de un prototipo de máquina de gestación para bebés. Imagina que eso se hace realidad. Las madres ya no se embarazan, sino que los doctores juntan el óvulo y el esperma in-vitro y luego colocan el producto en una máquina para que allí se desarrolle el embrión, como un horno para hacer bebés.
- Presta atención al mundo que te rodea. De todo puede surgir algo. La ciencia ficción (como toda la literatura) funciona mejor cuando es alegoría. Por ejemplo, “Los defensores”, de Philip K. Dick, habla sobre la guerra fría y la paranoia que tenían todos ante una guerra nuclear.
Ahora, les voy a compartir un secreto. En Reddit existe un thread llamado Futurology, está dedicado a compartir los nuevos avances tecnológicos y progresos científicos, no necesitas ir a otro lugar. Solo dedicarle unos minutos al thread para que las ideas comiencen a surgir. reddit.com/r/Futurology
La premisa
Ya sabemos que queremos escribir ciencia ficción y no fantasía. Ya tenemos una idea más o menos, en bruto. Bueno, ahora viene lo sabroso: la premisa.
La premisa es lo que le da jugo y trascendencia a la ciencia ficción. Retomemos: la ciencia ficción busca responder preguntas. Hay que pensar en la ciencia ficción como un método científico. Tienes una teoría, la pones en práctica y obtienes resultados (que apoyen tu teoría o en contra, lo mismo da). Entonces tenemos que iniciar con una pregunta. Lo más fácil y aplicable para todo es el “¿Qué tal si…?”
Ejemplo: en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, K. Dick se pregunta “¿Qué tal si los androides fuesen más humanos que los humanos?”; en “La estrella”, C. Clarke se pregunta “¿Qué pasaría si comprobáramos la existencia de Dios, pero con una prueba horrible?”. Y no siempre tiene que empezar con “¿qué tal si…?” El mismísimo K. Dick dijo que toda su obra está basada en dos preguntas esenciales: ¿Qué es la realidad? y ¿Qué es el ser humano auténtico? Partiendo de esas dos premisas, encuentra las premisas específicas para cada uno de sus libros o relatos.
La premisa, junto al conflicto, es lo que nos guiará a lo largo de la historia.
La situación
Si llegaste acá, vas de gane. Lo difícil es lo de antes. Si tienes bien clara tu idea, y tu premisa, lo demás va brotando solito. Ahora nos toca hacernos cargo de la situación. O sea, qué va a pasar en tu historia. Este es el penúltimo paso para ya dedicarnos de lleno a la escritura de nuestra historia. Vamos a tomar como ejemplo “Sueños de robot”, de Asimov. Su idea (A) es “en el futuro los robots son utilizados para labores peligrosas”. Su premisa (B) es “¿Qué pasaría si hicieran robots con mentes tan complejas como las de los humanos?”. La situación se da casi solita: un robot con mente casi humana se convierte en un peligro para la humanidad.
Es realmente un paso muy sencillo. Tomas A y B y lo conviertes en algo interesante. Pero hay que echarle coco, porque de esa suma también pueden salir mamotretos infumables. Por ejemplo, si tomo las mismas idea y premisa de Aslimov, podría yo pensar como situación: un robot con mente tan compleja como los humanos decide viajar por el mundo para encontrarse a sí mismo. Y resulta una babosada.
Pero no hay problema, estamos a tiempo de replantear. Porque todavía no escribimos. No tenemos horas frente a la computadora llenando páginas de esa historia aburrida y mala. Incluso si nuestra premisa no está funcionando; la borramos y buscamos otra. Incluso si nuestra idea no funciona, regresamos. Es lo de menos. Lo que importa es tener algo importante que decir, que explorar, una pregunta que conecte con las personas y una situación que los involucre.
Investiga
Este es un paso un poco cansado. Y muchos te van a decir “no, no investigues. Primero le das a la talacha y luego te pones a investigar si los motores de las naves espaciales pueden funcionar como dices que funcionan”. Y sí, también tienen razón. Pero yo no me refiero a este tipo de investigación. Al final de cuentas es tu texto, y sí, el género se llama ciencia ficción, pero la parte de ficción es igual de importante que la ciencia. No queremos escribir un tratado científico sobre cómo creemos, con base en la tecnología actual, que será la exploración del universo en el futuro.
La investigación que sí, irremediablemente hay que hacer, es de un carácter más humano, hasta histórico si quieres.
No importa si vas a hablar de una guerra milenaria entre marcianos y jupiterinos, o si tu premisa es “¿qué pasaría si el sol fuera un ente vivo?”. Algo habrá en la historia de la humanidad que te ayude a construir tu obra. Por ejemplo, Frank Herbert escribió Dune tras una extensa investigación sobre desiertos y las tribus que los han habitado.
O Margaret Atwood, que, hablando sobre El cuento de la criada, dijo que todo lo que sucede en el libro está basado en cosas que sucedían en el pasado o suceden en otros países, y sobre todo aquello había disponible mucha documentación para soportar su historia. Para apoyar la investigación, dijo:
El ancestro de la ciencia ficción es H. G. Welles, con libros como La máquina del tiempo y La guerra de los mundos. Esos libros involucran eventos muy poco probables o de plano imposibles; pero siempre hay maneras de explorar las posibilidades, la naturaleza humana, y la manera en que la gente reacciona ante ciertos eventos.
Entonces, si quieres hacer una historia sobre cómo la exploración espacial nos llevó a un planeta habitado, puedes explorar la historia del descubrimiento de América para tener guías de cómo se comportarían los seres humanos ante una raza completamente distinta, cómo se realiza el choque cultural (o el intercambio). Si quieres contar una historia de exterminio, puedes investigar sobre los ingleses y los indios en Estados Unidos, si te interesa más el mestizaje cultural, puedes investigar más sobre la colonización de México. Hay muchas maneras y enriquecerá mucho tu historia.
Paso 2: La escritura
Ya estuvo. Hicimos nuestra tarea, tenemos todo preparado. A lo mejor hasta tienes libretas llenas de apuntes para ayudarte a la hora de escribir, perfecto. Lo que nos toca ahora sí es escribir.
Y puede que esto sea un poco intuitivo, pero cuando uno empieza a jugar con géneros, es muy importante tener claro todo. Bueno, no todo, tampoco somos robots. ¡Somos artistas! Y muchas cosas van a ir saliendo sobre la marcha. Pero, para que todos esos brotes de genialidad sean color y salsita sobre nuestros tacos, y no pura paja, hay que tener claras unas cosas a la hora de escribir.
¿Por qué? Pues porque géneros como la ciencia ficción o el noir requieren mucha congruencia y lógica. Entonces, aquí les voy a aventar unos puntos para escribir en forma y como se debe. Sobre todo, para que no todo vaya brotando sobre la marcha y al final tengas una idea genial en el capítulo 5 que te obligue a reestablecer todo lo que escribiste antes para que aquella gran idea se ajuste a las reglas de tu universo.
Trama
La trama es, pues, lo que viene siendo el todo de nuestra historia. Y se compone de tres cosas:
- Personajes
- Historia
- Espacio
Puedes empezar a escribir desde cualquiera de estos puntos. Tomemos “La estrella” como ejemplo.
Personaje: Un astrofísico jesuita. Historia: un evento cósmico hace que un hombre ponga en duda su fe y luego la refuerza de una manera terrible. Espacio: un sistema solar muerto.
Para conseguir su entramado pudo partir de donde fuera. Quizás, y esto ya me lo estoy inventando yo, comenzó con la historia, que sacó a partir de la situación. Ya con esa historia, su personaje principal fue: un jesuita. ¿Por qué? Porque potencia la tesis y la situación. No sería tan efectivo si solo se tratara de un sujeto cualquiera. Si este es un sacerdote, el hecho de que cuestione su fe y después se refuerce con una prueba terrible de la existencia de Dios, se convierte en un trancazo. ¿Y por qué jesuita? ¿Por qué no un legionario de cristo? Pues porque los jesuitas siempre han sido personas dedicadas a las ciencias y a las artes, es lógico que escogiera un jesuita.
Entonces. Si partes de cualquiera de estos puntos para construir tu trama y no sabes cómo conseguir los otros dos: haz preguntas.
Por ejemplo. Yo quiero contar sobre migrantes intergalácticos. Esa es mi historia. Migrantes intergalácticos y los conflictos con ellos. Ahora me pregunto, ¿por qué migran? A lo mejor porque su planeta está en guerra. ¿A dónde Migran? A un planeta cercano. ¿Cómo es la gente de ese planeta cercano? ¿Cómo ven a los migrantes? A puras preguntas ya estoy armando la espina dorsal de mi historia. Y, aunque aún no lo parezca, la historia que voy a contar es sobre los refugiados que cruzan desde Marruecos a España. Es muy sencillo.
Personajes
Ahora. Tu historia puede estar estupenda y tienes unas ideas fabulosas para la tecnología del futuro, las naves, los planetas. Bien. Eso es muy importante. Pero lo más importante de toda historia son los personajes.
La gente no lee una novela, o ve una película por los efectos especiales. O a lo mejor sí, como sucedió con Avatar. Pero la gente se queda leyendo, se queda viendo, recuerda esa historia mucho tiempo después por los personajes.
Debes construir personajes entrañables, extremadamente humanos. ¿Qué nos mueve de Blade Runner? Los replicantes y lo humanos que son. Toda la película te la pasas esperando que Deckard los encuentre y los retire de una buena vez, porque no los hemos visto hacer más que matar. Pero justo al final, cuando Roy se avienta el discurso de tears in rain, lo comprendemos. Conectamos con él. ¿Qué hay más humano que la idea de querer seguir existiendo, que todo lo que hiciste y viste no se pierda contigo?
Por eso es importante que hagas a tus personajes complejos emocionalmente, psicológicamente y que la gente conecte con ellos a un nivel no superficial.
Conflicto
El conflicto es algo muy importante y se da de manera automática. Siempre. Todas las historias que has escrito se sitúan en un tipo de conflicto, lo hayas hecho de manera consciente o no. Yo prefiero que se dé por sí solo, por eso pongo este punto hasta acá. Es mejor así, que salga de manera natural a partir de tus personajes y la historia que quieres contar.
Pero cuando escribimos SciFi es muy importante darnos cuenta de a qué tipo de conflicto nos estamos arrimando. ¿Por qué? Porque la premisa y el conflicto son lo que nos va a mantener por el buen camino.
Piensen en estas dos cosas como el hyperdrive de Star Wars. Si hiciéramos el salto al hiperespacio sin la ayuda de él, podríamos reingresar al espacio en medio de un campo de asteroides, o estamparnos con un planeta. Esto es lo que nos mantiene en ruta.
Unos de los tipos de conflicto en la literatura son los siguientes:
- Hombre contra la naturaleza.
- Hombre contra lo sobrenatural.
- Hombre contra sí mismo.
- Hombre contra hombre.
- Hombre contra Dios.
- Hombre contra la ausencia de Dios.
- Hombre contra la tecnología.
- Hombre contra la realidad.
Como ya te comenté, toda la obra de Philip K. Dick está basada en el conflicto de hombre contra la realidad. Y ninguno de sus libros se parece. El conflicto no te limita, sino que te guía. Cuando tienes bien claro el conflicto al que te estás ciñendo y tu premisa, lo único que debes hacer es intentar que todo en tu obra esté encaminado por ahí, que lo potencie, que lo lleve hasta las últimas consecuencias.
Tu universo
Cuando te metes al mundo del SciFi, la creación del universo es parte clave. Porque estás construyendo mundos ajenos al lector. El realismo no tiene estas broncas, porque nos habla de la realidad como la conocemos. Aquí sí te estás metiendo en la boca del sarlacc, porque tu deber es construir un mundo en el que sus propias reglas sean congruentes. Si, por ejemplo, pones que los viajes entre dimensiones son posibles a través de complicadísimas maquinas construidas por los gobiernos globales y después metes a un personaje que puede viajar entre dimensiones meditando, pues ya no tiene mucha congruencia y el lector se va a botar de ahí de inmediato. Aquí dejo unos puntos a observar para la construcción de tu mundo:
- Lenguaje: ¿Cómo habla la gente en ese planeta? ¿Cómo habla la gente en el futuro? Esto debe ser consistente a lo largo de tu relato. Porque si empiezas tu novela de ciencia ficción y los personajes hablan un español actual, pero después empiezan a sonar como si hubieran salido de una obra de Shakespeare, el lector deja de comprártela. Por ejemplo, cuando Leia le dice a Han “nerf herder”, es un insulto que no existe en nuestro universo. Estas cosas le dan carnita a lo que estás construyendo.
- Cultura: Hay que construir la cultura del futuro o de tu planeta, aunque parezca algo puramente ornamental. Y aquí nos vamos a explayar un momento:
- Historia: ¿Cuál es la historia del planeta? ¿Qué llevó a la humanidad a ser así en el futuro? Por ejemplo, en “Los defensores”, la guerra fría escala de tal manera que los humanos ya no pueden lucharla, así que se mudan al subsuelo para escapar de la radiación y dejan peleando a robots.
- Ocio: ¿Qué hacen por diversión? Cuando tu personaje no está liderando tropas de invasión a Marte, ¿qué le gusta hacer? Piensa en la Cantina de Star Wars, o el programa de 24hrs en ¿Sueñan los androides… Le da más credibilidad a tu universo.
- Religión: ¿Los humanos en tu futuro creen en Dios? A lo mejor adoran a un líder. ¿Los extraterrestres son devotos a algún poder supremo? ¿En qué consiste la religión de los marcianos? Este es un factor que puede potenciar tu historia o tu conflicto, dependiendo qué tipo de historia estás contando. En Omegamen, cómic de Tom King, la religión es importantísima, pues se lleva a cabo una especie de guerra santa interplanetaria. Y justo por eso y su alegoría con las religiones de Medio Oriente, es una de las obras más relevantes de ciencia ficción de ahora.
- Atmósfera: La atmósfera y la ambientación de tu relato es lo que lo va a hacer diferente de todo lo demás. Por ejemplo, en “La estrella”, la atmósfera es de pesimismo y desesperanza porque, tras lo que atestiguaron, todos creen que la vida no tiene sentido y todos nos vamos a morir por una babosada. En contraste, “La última pregunta”, de Asimov, aunque camina más o menos por los mismos temas, no tiene esa atmósfera. Sino una de rutina, nos presenta un día normal en diferentes etapas de la historia del hombre. Incluso, por veces, es cómica.
Una recomendación personal es que, si estás empezando a agarrarle la onda al género, no te vayas a mundos muy lejanos del nuestro. Es más fácil para el lector identificarse con la humanidad en el futuro, un futuro chance no muy lejano. Deja volar tu imaginación, pero concéntrate en las posibilidades más cercanas. Ya luego que seas un máster te avientas una saga de ocho libros sobre una raza alienígena hecha de cristales y con forma trapezoidal. Ahorita, vámonos a lo seguro.
Narrador
La elección del narrador es pieza clave en la ciencia ficción. Porque a partir de allí es desde donde los lectores van a conocer tu universo. Esto depende de cada historia, pero lo que yo recomiendo en cuanto a ciencia ficción es la 3ra persona. ¿Por qué? Pues porque es más fácil describir tu mundo desde un narrador omnisciente (o casi, porque tampoco ya existen esos narradores que son como el ojo de Dios) que desde uno de los personajes.
Esto también depende de tu enfoque y lo que pida tu historia. Dos ejemplos:
En “Sueños de robot”, Asimov escoge la 3ra persona, aunque focalizado, para no romper el misterio. Y lo escoge así, porque es lo que conviene a su historia. Puede contarnos las reacciones mínimas de todos, lo que piensa la doctora joven y nos dice tan poco Elvex que estamos igual intrigados con lo que sueña el mugre robot, que todos los presentes. Nos convierte en un testigo más, sin forzarnos el punto de vista de nadie.
En cambio, en “La estrella”, C. Clarke elige narrar desde el punto de vista del jesuita. Igual, porque es lo que le conviene a su historia. Refuerza el conflicto, la tesis y todo lo que nos quiere decir. Lo que nos lleva al siguiente punto:
Punto de vista
Ya que elegiste, contra mi sabio consejo, utilizar la 1ra persona: ¿Desde dónde van a narrar tu historia? Esto también es importantísimo. Porque no es lo mismo que la historia la narre el jesuita, a que lo narre el médico ateo. El relato sería la mar de diferente.
Lo mismo con tu historia de inmigrantes. No es lo mismo que la narre un niño migrante, que un adulto migrante. O un soldado local y un maestro local. Debes revisar qué punto de vista va a potenciar tu historia. Acuérdate que queremos llevar esta premisa hasta las últimas consecuencias para que nos revele algo cañonsísimo sobre la naturaleza humana. Estamos haciendo experimientos bien serios y relevantes. Y de esto depende la importancia de tu historia al final de los tiempos.
Aunque lo buena onda de escribir una novela es que no tienes que escoger un punto de vista y aguantarte con él hasta el final. Puedes agarrar cinco puntos de vista distintos y cada uno podrá contar lo que sucede desde su posición.
Cómo presentar la tecnología
Esto ya es cuestión de cada quién. Hay a quien le gusta ser extremadamente detallado en esto y decir cómo funcionan los motores de protones y las computadoras súper potentes. Pero a mí eso me parece aburrido y poco realista.
Para mí, lo mejor es presentarla como tú hablarías de la tecnología de tu tiempo. Piensa en que, si esta fuera una historia sobre ti, ¿cómo hablarías de una tele? De lo más normal, ¿no? Así debe ser en tu historia. Ahora, lo que a mí me gusta hacer es darle un nombre que, más o menos, te diga qué hace esa nueva tecnología. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo un relato de ciencia ficción, a las vías por las que circulan los automóviles les llamo “magnevías”. Ya con eso te das una idea de que son caminos magnéticos.
Otra cosa que ayuda a que no sea tan vago, es mostrar cómo interactúan los personajes con esa tecnología. K. Dick, en ¿Sueñan los androides…, habla de un dial que te cambia el estado de ánimo. Entonces nos muestra cómo la esposa de Deckard, tras despertarse deprimida, digita el código de una emoción positiva en el dial y ya se siente mejor. O programa la nostalgia para que le dé más tarde, ya que haya terminado con sus quehaceres. Es una manera muy sencilla y natural de presentar la tecnología en tu relato.
Paso 3: re-escritura
Ya terminaste tu primer borrador y te quedó fabuloso. Pero ahí no termina la chamba. Hay que fijarse en muchas cosas para la primera re-escritura. Y no solo se trata de corregir, sino de aumentar, ahí vamos. Ya lo último para que quede impecable tu relato.
¡Detalles!
Agrega detalles. La perfección está ahí. Lo mismo, esto le va a dar más credibilidad a tu entorno y a tu historia. No solo nos digas que tu personaje se puso borracho. ¿Dinos con qué? ¿Es una bebida que fabrican en otro planeta? ¿Se sigue tomando tequila en el futuro? ¿Cómo paga por las cosas que consume, sigue existiendo el papel moneda? ¿Cómo visten en el futuro o en el espacio? ¿Necesitan ropa especial para ir a cierto planeta? Los detalles no son lo primordial en una buena historia, pero agregan un chorro de sabor a ese estofado. ¿Te imaginas unas lentejas sin plátano macho? Pues así es una historia de ciencia ficción sin detalles: no está mal, pero podría estar mejor.
¡Cambio!
¿A lo largo de la historia tu personaje sufre algún cambio? Si sí, perfecto, ya la armaste. Pero si te das cuenta de que tu personaje es el mismo cuando comienza la historia y cuando termina, ahí sí estamos por mal camino. Hay que modificar eso. Porque si ningún cambio sucede en tu personaje, ¿para qué sirvió toda la historia? Por ahí leí que, si una historia no contiene cambio, es una pintura; y una pintura sin personas es un paisaje.
Pues eso. Concéntrate en el valor humano de tu historia, y los humanos cambian. La ciencia ficción es para exaltar los problemas humanos.
Complejidad
Esto es algo que se va a ir dando a lo largo de tu proceso de escritura. Con forme vayas avanzando, la complejidad comienza a meterse en tu universo y en tus personajes. Es normal que empieces con un mundo no muy profundo y acabes con un universo lleno de matices. Lo importante es que, cuando termines, en la reescritura apliques todos esos matices desde el principio. Que la complejidad de tus personajes y tu universo no aparezca de pronto, tienen que estar ahí desde el principio, aunque decidas no mostrarlo en el comienzo. Se verá en los detalles, en su manera de interactuar con el entorno.
Mensaje
Intenta buscar un mensaje en tu historia. No hagas esto antes de ponerte a escribir porque te puede salir un churrazo aleccionador y eso para qué nos sirve.
Es mejor que termines de escribirla y entonces, al final, tras una relectura, te preguntes, ¿qué mensaje estoy dando?
Y entonces sí, agarras ese mensaje y lo refuerzas a lo largo de la historia. Normalmente el mensaje será la respuesta a tu premisa. O una posición ante ella. Tu historia será mucho más sólida una vez que lo descubras y lo refuerces.
Lee subgéneros
Tienes que haber leído mucha ciencia ficción antes y durante tu proceso de escritura, eso está de más decirlo. Y sí, hombre. Se te pegará algo de los autores. Pero no hay nada de malo en eso. Dune no habría sido posible si Herbert no hubiera leído la Serie Marciana, de Rice Burroughs, o sin los libros de Fundación, de Asimov.
Pero igual de importante es leer subgéneros de ciencia ficción después de escribir. Porque ahí te vas a dar cuenta de a cuáles se aproxima tu relato y van a salir ideas para la re-escritura. Aquí te van los principales subgéneros:
- Ciencia ficción dura
- Ciencia ficción blanda
- Ciencia ficción militar
- Space opera
- Transhumanismo
- Cyberpunk
- Steampunk
- Dieselpunk
- Atompunk
- Ciencia ficción post-apocalíptica
- Ciencia ficción de horror
- Viajes en el tiempo
- Distopías
La ciencia después de la ficción
Este sea quizás el consejo más importante de todos para escribir ciencia ficción de a deveras, gustosa y que nos llegue hasta los huesos: hay que usar la ciencia como un enfoque, no como un tema.
Que la tecnología y los avances científicos no sean el centro de tu historia, que no se mueva por eso tu trama y tu narración.
La tecnología y la ciencia tienen que ser como un bisturí para descubrir rincones de la condición humana.
Los más grandes del género siempre tuvieron esto muy presente. “La última pregunta”, de Asimov no es sobre una computadora, es sobre la humanidad preocupada por su extinción. “La estrella” no es sobre un sol que explota, es sobre el hombre enfrentándose a sus creencias. ¿Sueñan los androides… No es sobre robots rebeldes, es sobre qué significa ser humano.
Así tiene que ser tu ciencia ficción. Utiliza la tecnología y la ciencia para investigar al ser humano, a ti mismo si se te da la gana. Pero no escribas de naves espaciales solo porque son bien chidas (aunque sí lo son), busca algo que te mueva como persona.
Y bueno, ya para terminar, te dejo una lista de detonantes para tener una gran idea y ponerte a escribir SciFi de la buena; y más abajo dejo también enlaces a unos de los textos y unos cuantos videos de los meros meros diciendo algunas cositas de interés.
Live long and prosper.
Ideas de dónde partir
Imagina:
- El fin del mundo.
- Un evento histórico que suceda de manera distinta.
- Una tecnología existente llevada al extremo.
- Un nuevo invento que cambie el mundo por completo.
- Viajes en el tiempo y sus consecuencias.
- La vida en otros planetas.
- Una especie de superhumanos.
- Los extraterrestres llegan a la Tierra.
- Cambia una ley del universo.